Nuestra Vision

 

 

 

 

Vemos una Iglesia cuya única cabeza es Jesús, Nuestro Rey y Señor, llena del Espíritu de Dios…cumpliendo el propósito que el Señor Jesucristo nos dejó en la Gran Comisión (Mateo 28:18-20).
Vemos una Iglesia unida impactando a millones de personas…a través de la predicación del Evangelio de la gracia de Dios, el discipulado y las misiones mundiales.
Vemos un Iglesia que dedica tiempo para preparar, levantar, equipar y facultar a generaciones jóvenes y ungidas de líderes del Reino de Dios de todo el mundo…con ejemplo, amor, paciencia, tolerancia y sana doctrina.
Vemos una Iglesia llena del amor y compasión del Padre en los rostros de cada integrante, en la que cada hombre, mujer y niño que entra por sus puertas pueda sentirse en casa.
Vemos una Iglesia comprometida apoyando a otras Iglesias, conectando a cientos de miles de pastores y líderes equ
ipándolos, alentándolos a ser todo lo que Dios los ha llamado a ser: Un Cuerpo.
Vemos una iglesia  no conforme con los triunfos pasados, sino mirando y trabajando hacia el futuro, convencida de que Dios tiene más,  inspirando e influenciando así a muchos.
Vemos una Iglesia saludable adorando y alabando al Rey reflejando y contagiando tal pasión por Cristo que otros sientan su presencia, magnificencia y poder.
Vemos una iglesia creciendo a tal grado que no pasaremos desapercibidos en nuestras ciudades; enseñando y predicando claramente la Palabra de Dios en todo momento y lugar, alcanzando a multitudes en estadios, cruzadas, programas de radio, TV y medios de comunicación.
Vemos una Iglesia innovadora como punta de lanza en la comunicación a través de los medios y la tecnología…transmitiendo el mensaje de esperanza y propósito a personas de todo el mundo.
Vemos una Iglesia dirigida por el Espíritu Santo, luchando y avanzando sin parar, para establecer el Reino de Dios en todo lugar, derribando fortalezas espirituales que se oponen al conocimiento de Dios, penetrando fortalezas inquebrantables.
Vemos una Iglesia que ofrece una esperanza viva a millones de personas que viven en tinieblas, dando respuestas a los principales problemas de la vida, extendiendo el amor de Dios a los necesitados y quebrantados de corazón.
Vemos una Iglesia llena de nuevas generaciones de valientes soldados del Reino de Dios, llenos del Espíritu Santo presentando defensa de su fe, arrebatando el terreno espiritual que como herederos nos pertenece.
Vemos una Iglesia que ama a Dios, ama a las personas, amando y defendiendo la vida, levantando en alto el Nombre de Jesús.
Vemos una Iglesia comprometida a llevar el amor y la esperanza de Cristo a todo lugar a través de la predicación del Evangelio y un mandato que nos impulsa a hacer todo lo posible para brindar ayuda y solución a un mundo necesitado. Cuya cabeza es Jesús, cuya ayuda es el Espíritu Santo y cuyo enfoque es la Gran Comisión.